La vida es bella

La vida es bella fue la gran triunfadora de la gala de los Oscar de 1999 al llevarse tres estatuillas: la de mejor actor (Roberto Benigni), mejor película extranjera y mejor música original. Benigni no solo es el protagonista del filme, también es el director y escribió el guión junto con Vincenzo Cerami.
Esta película narra la historia de Guido, un hombre que pasa de vivir una vida feliz junto a su mujer (Nicoletta Braschi) y su hijo (maravillosamente interpretado por el pequeño Giorgio Cantarini) a vivir todo el horror del Holocausto nazi en un campo de concentración. La película nos habla del amor de este hombre por su hijo y de cómo la imaginación de su padre ayuda al niño a sobrevivir y a ser feliz (si se puede hablar de felicidad en ese contexto). Esto se ve muy bien cuando el narrador dice: "Esta es mi história, ese es el sacrificio que hizo mi padre, aquel fue el regalo que tenía para mí".
Esta película no se puede encuadrar dentro de un único género cinematográfico, puesto que no es una comedia, pero en ocasiones lo parece, sobre todo al principio; tampoco es una tragedia puesto que, aunque el final no es lo que entendemos por feliz, transmite un mensaje de amor y esperanza.
Esta obra maestra del cine ha ganado más de 40 premios internacionales como el Premio del cine europeo a mejor película, el premio del jurado en el Festival de Cannes en 1998, el premio Cesar a mejor película extranjera en Francia en 1999.